SEGURO CAR

 SEGURO DE CAR: 

La póliza  CAR (por sus siglas en inglés: Construction All Risks) aunque es muy similar a la póliza de incendio todo riesgo, posee diferencias básicas, una de ellas es de carácter cuantitativo, relativo a las cifras implicadas en el proyecto, por cada fase de construcción. Para este tipo de riesgos la compañía aseguradora evalúa con suma cautela la profesionalidad y experiencia de los contratistas involucrados en el proyecto.

El seguro de Todo Riesgo de Construcción protege la inversión de la obra desde su inicio, hasta su finalización, continuando posteriormente e ininterrumpidamente, con el seguro de Incendio Todo Riesgo.

Bienes cubiertos:

• Obras junto con materiales, maquinaria y equipo e instalaciones auxiliares.

• Costos adicionales, como honorarios profesionales y remoción de escombros.

• Bienes almacenados fuera del sitio de la obra

• Oficinas y bodegas provisionales.

Coberturas:

• Daños causados directamente por terremoto, temblor, maremoto y erupción volcánica.

• Daños causados directamente por ciclón, huracán, tempestad, vientos, inundación, desbordamiento y alza de nivel de aguas, enfangamiento, hundimiento o deslizamiento del terreno, derrumbes y desprendimiento de tierra o de rocas.

• Motín y/o Huelgas y/o Conmoción Civil y/o Daño Malicioso y/o Explosión

• Daños causados directamente por el Contratista en el curso de la ejecución de las operaciones llevadas a cabo con el propósito de dar cumplimiento a sus obligaciones derivadas del Mantenimiento al que está sujeto en su debido contrato.

¿Por qué debo tener seguro TRC?:

Aunque cada contratista tenga su propia póliza de TRC o Fianzas extendidas por cumplimientos de contrato, el interés de la inversión recae sobre el propietario de la construcción. El seguro cubre el proyecto completo, por lo que el contratista una vez cumple su proporción de la obra, ya no es responsable de los eventos fuera de su responsabilidad en la obra correctamente ejecutada.

Asimismo, aunque se esté en el proceso de ejecución, existen riesgos a lo que el contratista no está obligado, especialmente los de riesgos de la naturaleza o daños malicioso provocados por el hombre.